lunes, 14 de octubre de 2019

ENREDOS



Tablero al óleo 60X60 y poema de

José María Fernández Lozano


ENREDOS
Cuatro caminos inciertos
al pie, al mismo tiempo,
eje de tierra y cielo, redondo, recto,
alternante el bastón de ciego,
toquetea torpe el suelo, enredo.
Una bola de golf en vuelo
sin vista, entre  ramas a lo lejos,
el banco de arena frena,
patina en césped de hierba,
en agua atasca, enredo.
Incrédulas bocas secas,
estelas de aviones
con miradas de esperanza
a nado por el espacio
en pañales de plástico
cada una a su aire, enredo.
Desperdicios de marea
forman cruces, caravanas,
los pies con saltos saltean
el lienzo ocre de playa
zurcido tejido, enredo.
Enredos cambiantes de roce diario,
amigos, enemigos,
amores, odios, conflictos, concilios,
bondades, intereses,
empujes, frenos, enredos.
Las alas encogen, ensanchan,
las palmas aplauden,
los gritos insultan,
si primero premio,
si derrota abucheo, enredos.
Sentada con respaldo grato,
sin prisa, no hay reloj en su brazo,
una persona con delantal ajado
desenreda la red enredada
hasta que no queden enredos,
ni ajetreo, ni zarandeo, ni jaleo.
La vida es un continuo desenredo,
aguja que teje de madeja a traje
a medida del bolsillo, de la mano
que pide y da comprensión, amor
o se enzarza
en enredos,
absurdos enredos.


viernes, 4 de octubre de 2019

DESDE LA LUNA


Tablero al óleo 60X60 y poema de
 José María Fernández


DESDE LA LUNA
Con ojos de justicia desde la Luna,
en la Tierra alboroto de intrépidos mares,
colorida de verde,  ocres de arena,
y nubes inquietas con masajes a su cintura.
Espectáculo de luces en la noche de espalda,
caliente, fresca, templada,
música, cantos, ríos de luces móviles
y estancadas en las ventanas.
Jarrón tupido hasta la copa en el día de cara
con hojas de relleno al fondo,
flores, destellos de fuego
y frío blanco en sus extremos.
Nativos vivientes en ajetreo diario,
andantes con botas de cuero y músculo blando
construyen torres de Babel
con escaleras sin terminar confusas .
Desde la Luna un cuento de hadas,
una esfera con nieve revuelta,
giros que avivan emociones,
entusiasmos al calor del sol,
mezclados con cantos de cigarra
y tristones lamentos con címbalos deshechos.
Qué contraste diría la cándida albina
sin saber cómo gesticular su mueca,
si contenta por el jardín de delicias
con revoloteo de almas felices
o triste por las humaredas negras, 
respiración vencida, química de asfixia.
Sin duda desde la Luna
la Tierra es hermosa
a pesar de sus vientos de polvo
y sus vueltas con venda en los ojos,
la Tierra es divina,
al mismo tiempo libre
y al mismo tiempo esclava.