miércoles, 17 de junio de 2020

CREADOR DE MUNDOS



Cuadro al óleo  60X60 y poema de

José Mª Fdez. Lozano


CREADORES DE MUNDOS
Ideas de luz entre abanicos verdes,
a intervalo azules sombras de nube
cálidas, frías, templadas
destilan respuestas evidentes
entre colores deiformes ocres.
Ahora visión concreta, nítida,
mundo dentro de nebulosas iris
con paredes de corpulencia obtusa
y verberados vapores de agua.
En el espacio de un parpadeo
luminarias con aires de imprenta,
desde el punto de fuga infinito,
esparcen visiones, distribuyen andantes,
que vagan entre pasadizos redondos
donde los caminos siempre empiezan.
Fluyen entre pases de muleta  
hábitos de entorno virgen,
asentados espacios libres en gradas
floridas de primera a última fila.
Caras de sonrisa incierta, inquieta,
ocupan huecos entre olas,
puertos de lancha y velero,
escritos con salida de autopista.
Como gotas de aceite, libres
en estanque cerrado, convulso
forman antojos de cactus en desierto,
grupos con delantal de hormiga
o viajeros con polen de abeja.
Creador de mundos,
en la imaginación segunda vida
ocultas tras expositor de rostro amorfo
sucesos en cadena de producto propio,
metamorfosis, evolución que fija
dominio de vista en balcón de paisaje.
Construyes historias,
huecos de vacíos que vocean,
secretos rellenos de cuentos,
ambientes de época imprecisa
con giro de cometas y claros de luna.
Las ideas en el corazón funcionan
expuestas en la pared del tiempo
y en la contemplación de la obra
se explaya satisfecha el alma.
Autor, compositor de mundos,
proyector inédito de hallazgos
que devaneas entre palabra y sentimiento
dime si es juego que busca destino
o el destino en sí es un juego
donde se juega a ser,
creador de  mundos.

Tablero al óleo 60X60 y poema de
José Mª Fdez. Lozano (Arte conceptual)

jueves, 4 de junio de 2020

MEDITACIONES DE UNA CABRA



Cuadro al óleo de 60X60

y poema de José Mª Fdez. Lozano



MEDITACIONES DE UNA CABRA
A mi nombre si me llaman voy,
meditabunda reflexiona
una cabra doméstica de pueblo,
de cuerno corto, mamas lactas,
vestido apretado de pelaje,
sin cambio aparente de moda.
En silencio su pensamiento
acepta categóricas verdades,
alimento, crías, leche,
sociable, de grupo mejor que sola,
obediente al bastón que manda
o al ladrido que advierte.
Entre caminos de escasa hierba
la caprina tira al monte ,
al paso un campo de olivares,
con manos extendidas
de ramas bajas tentadoras
incitan al instintivo apetito
y catar la casual circunstancia.
¿Por qué el humano habrá puesto
a la ligera, a mi altura, tan cerca
insinuantes hojas pálido verde
de olivo a pedir de mi boca?
Yo atenta a la vara del pastor,
éste  a las hojas convertidas en leche,
compra gratis brinda la naturaleza,
cadena fácil de mutuo beneficio.
Me ponen música pertinaz de cencerro,
G.P.S manual barato colgado
al cuello, no hay bolsillo,
llamada de móvil un silbido,
me habla, piensa que le entiendo,
le contesto un “mu” ronco bajito,
le hago caso por lo del cariño
que le tiene a mis lácteas tetas.
Las estruja por la noche con finura
y sonríe cuando el cuenco
cambia de vacío a blanco,
entre pajas tumbada sin manta,
como niño Jesús duermo.
Gatos, perros caballos
serviciales compañías de trayecto
como yo, obediente producto,
a la orden del dueño humano
sabio con dotes de mando.
Cada cual nace con una estrella,
a placer de capricho o en un rebaño,  
unos con un pan bajo el brazo
y otros hambre de verde o un milagro.