INTIMIDAN
Con lo inadvertidas que son las miradas
de las aves de paso que vuelan suaves,
y aunque ruidosas las sirenas con luces naranja,
alarmas pasajeras, después sosiego y silencio
la cabeza permanece despejada, alta
y el respiro de alma en agradable calma.
En cambio intimidan las fijas,
insistentes miradas de presencia prominente,
pegadizas losas cargantes que amartillan
la garganta, encogen el habla, el ánimo apisonan,
peso pesado que hunde ilusiones en un pozo.
Miradas de grupo que infunden agobio,
miedo inyectado en vena virgen,
provocan erupciones de luna llena roja,
desvisten en público vergüenzas opacas,
ocultas con llave, baúl de secretos viejos.
A ras de suelo, babosas de lágrima pegadiza
arrastran defectos, bagaje temerario a cuestas,
a espaldas deberes que inventa el subconsciente
infunden miedo, mensajes inmaduros infantiles
que sin querer escapan sueltas al aire
entre palabras, frases y discursos.
Ridículos se acumulan en montículos
de carbón y cisco de encender braseros
por dentro fuego, por fuera
leña fresca a medio quemar negra,
apetencias desaparecidas del argumento,
perdidas en un bosque de exigencias.
Al abrigo de andar por casa, sin embargo,
eslabones de aplomo, aditivos de energía
manos al hombro desempolvan esperanzas,
añaden agarres de subir acantilados,
gritos de pies a cabeza derraman
acordes nuevos, renacen agonías,
oportunidades dispuestas siempre a punto,
el nuevo, reciente, mejor coloquio
redime el recuerdo en cuenta,
como juguete nuevo de niño
como un conseguido de adulto,
como lo que parecía difícil,
resulta sencillamente fácil,
a la tercera tan fácil,
como andar por casa.
Cuadro de 60X60 y poema de
José Mª Fdez. Lozano (Arte conceptual)