sábado, 4 de mayo de 2019

EL ACOMPAÑANTE


Cuadro al óleo 60X60 y poema de

José María Fernández Lozano


EL ACOMPAÑANTE
Apoyado en su columna fija
calma ofrece y sosiego
desde las ramas un tilo.
Arqueadas se ondulan sus hojas
en danzas de cintura fina,
como cordón umbilical penden
y golpean  al viento, vientre
de madre comprensiva.
Cuando una hoja se cae,
se muere un hijo, un trozo
perfilado con forma de corazón,
en el suelo palidece,
se desmenuza y vuela
sin peso como polvo
a la buena de dios, lejos
donde algún río llevará al mar.
Hoja, flor, semilla, retoño
de costumbre simple capciosa,
engañosa vida de danza
cualquier roce de mala suerte
o porque llegue el otoño
puedes terminar en una ola de playa
donde juegue alguien
nuevas, distintas danzas de arena.
Testigo el viento que lleva.
Complaciente el viento que cumple.
Viajero el viento que vuelve.
El viento, el acompañante
se deja querer, galantea, repite,
una y otra vez, la ronda repite
hasta que en sus brazos
terminan los bailes.

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