PERDIDO EN EL LABERINTO
Entre las ramas de un manzano curioso,
alargados, frescos, curvados brazos
en laberinto confuso estiran el cuello
al fruto sonrosado caras de manzana.
Sus talles descienden, siluetas femeninas
y respingonas, adornadas de musgo verde,
a la base espigada de pies y piernas,
raíces dignas de la más esbelta bailarina.
Sus hojas, manos abiertas acarician,
un bienestar querido de sol y sombra,
otras, arrugadas por parásitos pulgones
como puños rozan, hieren, perjudican.
Para animar el ambiente unas mariposas
acróbatas chistosas quiebran sus alas
o mariposean entre flor, manzana y rama.
Ojean a un saltamontes blanquecino quieto,
perdido entre ramas con brazos de crucificado,
espera a una hormiga, antenas de flequillo,
con cara blanca del susto, insecto come insectos,
blancos los dos, futuro sin escribir en blanco.
Como fondo el suelo de pisar entre senderos,
alboroto, bullicio de los más diversos bichos,
cotidianos y caras de hierva con distinto genio,
teatro con entrada numerada y salida iluminada
para que ninguna persona se quede perdida
en este laberinto atractivo y cruel, que es la vida.
Óleo 100X122 y poema de
José M.ª Fdez. Lozano (Arte conceptual)
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